Cambiar la vivienda es parte de los reacomodamientos económicos que suelen acompañar la etapa del retiro, para vivir mejor y liberar ahorros. Claves para encontrar tu mejor opción.
A partir del retiro comienza una etapa en la que los ingresos dejan de provenir del trabajo propio, a menos que decidas continuar en actividad. De todas formas, los ingresos suelen caer, y disminuyen las posibilidades de generarlos.
La vivienda propia es uno de los activos más importantes para la mayoría de la gente, representando por lo general una gran parte del patrimonio acumulado en los años laborales. Así, si durante la etapa de construcción del capital familiar se ha logrado comprar una vivienda, venderla y buscar una más apropiada y de menor tamaño puede ser a la vez una forma de reacomodarse para vivir mejor y una fuente de financiamiento para el retiro.
Es probable que la casa de familia resulte muy grande para un matrimonio o persona sola, por lo que mudarse a una vivienda de menos metros puede resultar más eficiente desde varios puntos de vista. Permite liberar recursos para usar durante el retiro, que puede ser una etapa demandante en viajes, salud, ocio, etc., simplifica la vida cotidiana, y también reduce los gastos fijos (servicios, mantenimiento, limpieza, etc.).Es vital planificar la mudanza y la administración de los recursos para optimizar el dinero. Algunas recomendaciones:
- No apurar la venta. Buscar varias tasaciones y tener en cuenta que conseguir un comprador puede llevar varios meses. Limpiar a fondo, redecorar y actualizar los ambientes de la casa puede ayudar tanto a la venta como a preparar la mudanza.
- Definir la necesidad de metros y comodidades de la nueva vivienda pensando en varios años. Considerar zonas, seguridad, mantenimiento, espacios verdes, hobbies, visitas, ayuda, acceso a servicios de salud, estacionamiento. No se trata sólo de achicarse, sino de buscar la vivienda más apropiada para el estilo de vida que se va a seguir durante el retiro.
- Explorar el mercado con cuidado. Si hace mucho que se mantiene la misma vivienda es posible que se haya perdido contacto con la realidad actual y las tipologías disponibles (barrios cerrados, departamentos con amenities, propiedad horizontal, comunidades para retirados, condominios, etc.).
- Buscar hasta encontrar una buena opción, tanto desde el confort como desde las finanzas personales, considerando los gastos que generará en expensas, servicios y mantenimiento. etc. Analizar también los costos de la operación (comisiones, impuestos, etc.), buscando los más reducidos.
- Cuidar la seguridad de la operación de compraventa y el manejo del dinero, ya que puede ser una situación vulnerable.
- Definir el destino para el dinero sobrante, dando prioridad a los gastos futuros que pueden incrementarse a medida que pasan los años. Mantener un fondo de reserva de fácil disponibilidad. No apurarse a gastarlo o repartirlo entre familiares.
- Considerar el efecto de la inflación que, por baja que sea, deteriora el valor de los ahorros con el paso del tiempo. Así, más que guardar el dinero, aun en moneda extranjera, si se trata de sumas importantes que se van a ir utilizando a lo largo de los años, puede ser recomendable mantenerlo invertido en una cuenta o fondo de inversión.
- Revisar regularmente tanto el estado de los fondos como la situación con la vivienda, para detectar si hace falta un nuevo cambio. Si tu intención es gastar todo tu patrimonio, puedes evaluar también vender tu vivienda y luego vivir con un familiar o alquilar una propiedad.
Vender la vivienda propia y buscar una más apropiada puede ser fuente de financiamiento para el retiro.
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