Esta es una decisión vital para la economía personal a largo plazo, aunque suele tomarse bastante temprano y sin un análisis amplio. Claves para considerar su impacto financiero.
Sin embargo, no siempre la situación personal y el contexto facilitan la continuación de los estudios. Así, estudiar o trabajar aparece habitualmente como un dilema que sobre todo adolescentes y jóvenes deben enfrentar sin tener por lo general incorporada una visión de largo plazo.
¿Qué tener en cuenta para tomar esta decisión vital?
- El estudio y la capacitación formal dan mayores posibilidades de negociar mayores ingresos a futuro y mejores condiciones laborales, por lo tanto, en términos económicos el tiempo dedicado a estudiar, si está bien aprovechado, suele recuperarse.
- La elección, sin embargo, no debe tomarse exclusivamente sobre la base de la economía. En la decisión personal deben contemplarse gustos, vocación, ambiciones, intereses, etc. Cuando existe capacidad y ganas de seguir estudiando es importante explorar las opciones de financiamiento disponibles para lograrlo (subsidios, becas, préstamos, etc.)
- Las posibilidades de estudio actuales, con carreras semipresenciales y cursos por Internet facilitan la combinación de estudio y trabajo. Hay que tener en cuenta que este tipo de educación, aunque formal, puede no tener el mismo prestigio y abrir menos puertas laborales que la formación presencial en escuelas o universidades reconocidas.
- El individuo que no se capacita, encuentra más rápidamente el techo de sus ingresos que aquel que lo hace. Así, aunque al comienzo puede ganar más que un par, más adelante su remuneración se estanca, mientras que la de una persona formada puede seguir creciendo.
- Aun quien decide dedicarse exclusivamente a estudiar puede incursionar en el mundo laboral con trabajos de temporada, proyectos propios, empleos temporarios o tareas de fin de semana, de forma de ir ganado experiencia y ayudar en la financiación de sus gastos.
- Cuidado con el trabajo informal, que puede brindar temporariamente buenos ingresos, pero ocultar la falta de beneficios, protección médica, aportes para el retiro, posibilidades de crecimiento, y otros aspectos que lo vuelven poco atractivo a largo plazo.
- Algunas carreras en particular tienen una duración breve (por ejemplo, deportistas o modelos), por lo que es importante contemplar la posibilidad de trabajar intensivamente durante el período de plenitud física para luego regresar a las aulas en busca de una segunda carrera.
- Volver a estudiar después de años en el mercado laboral no es sencillo, pero puede ser una opción para realizar un cambio de rumbo. Quien, por ejemplo, se vio imposibilitado de terminar la escuela por tener que salir a trabajar en la adolescencia, puede luego de reunir algo de dinero concluir sus estudios y aspirar a una carrera terciaria que le permita no solo mejorar sus ingresos sino desarrollar mejor su potencial.
- En la práctica, se debe tener en cuenta que hoy la mayoría de las actividades laborales exige una capacitación permanente, por lo que debemos acostumbrarnos a que el estudiar y el trabajar puedan convivir. Construir y fortalecer tu capital humano es lo que te permite mantenerte empleable y conseguir mejores oportunidades de trabajo.
Por lo general los estudios permiten acceder a mejores oportunidades laborales, pero a la vez, estudiar puede resultar costoso en tiempo y dinero.
Hoy en día, especialmente con la llegada de nuevas tecnologías, la decisión sobre si estudiar o trabajar es aún más compleja, ya que muchos de los temarios que se imparten no están actualizados y algunos centros educativos, al cobrar por hora (o tratar de generar valor con base en el número de horas incluidas en cada curso, ya que no se vende al mismo precio un curso de una hora, que uno de 40 horas), extienden los cursos al máximo para generarse mayores ingresos, en perjuicio del estudiante. En mi opinión, hoy en día hay que hacer un viaje al interior de nosotros mismos para descubrir nuestros talentos innatos y entonces dedicarle formación a nuestras propias fortalezas, con el fin de podernos dedicar a algo que nos apasione.