¿Hace falta tener tarjeta de crédito? ¿Cuántas? ¿Cuáles son sus riesgos? Cómo usar esta útil herramienta para que no se vuelva peligrosa para el bolsillo.
En la fantasía publicitaria la tarjeta de crédito es una llave de acceso a todo lo que queremos. En el mundo real la tarjeta de crédito suele ser un gran dolor de cabeza para quien la usa como en las publicidades, sin medir sus consecuencias.
Sucede que la tarjeta cumple dos funciones básicas, que muchas veces se confunden con el supuesto status que brindan y que se alienta desde la publicidad. ¿Cómo funciona una tarjeta de crédito?
Para evaluar si estás en condiciones de tener una o más tarjetas, debes primero hacer un buen análisis de tus cuentas para determinar qué monto puedes gastar por este medio. Este número probablemente sea inferior que aquel que te pone la tarjeta como límite de compra. Si vas a utilizarla para endeudarte, debes conocer bien tu capacidad de pago para evitar caer en un círculo de deudas impagables, que parecen crecer en el tiempo. Recuerda que el negocio de las tarjetas está en muchos casos en el sobreendeudamiento que lleva a pagar continuamente intereses por saldos impagos.
Al elegir o aceptar tarjetas (¡algunos bancos te las envían sin que las solicites formalmente!), analiza también sus características, ya que difieren no sólo en límites de compra, sino en otros aspectos que pueden afectar tus cuentas: tasas de interés aplicadas sobre la deuda, comisiones o cargos, seguros de vida obligatorios, programas de beneficios, lugares donde es aceptada, fechas de vencimiento, etc.
Si ya eres usuario de tarjetas de crédito, revisa estos tips para consumir inteligentemente y evitarte problemas:
- No aceptes un límite de crédito muy superior a tus posibilidades de pago.
- Asegúrate de que tus gastos en tarjeta estén relacionados con tus ingresos y tus posibilidades reales.
- Paga siempre a tiempo la factura de la tarjeta para evitar intereses por atrasos.
- Lo ideal es realizar el pago completo del resumen para no tomar el dinero en préstamo y generar intereses. Si vas a endeudarte, no siempre la tarjeta es la mejor opción.
- Ten presente que el pago mínimo que se indica en el resumen implica que el resto es dinero que tomas en préstamo, sujeto a intereses que por lo general son los más altos del mercado.
- Presta atención a los detalles de las promociones o compras en cuotas, ya que suelen generar gastos adicionales con los topes, los seguros y otros rubros que aparecen sólo en “la letra chica”.
- Si tienes problemas con el pago o el funcionamiento de la tarjeta, contacta inmediatamente al agente bancario o responsable ya que puede tratarse de problemas de fraude o robo de identidad.
- Controla siempre el monto que llevas gastado en la tarjeta. La mayoría de los bancos ofrece la posibilidad de ver el resumen online casi en tiempo real. Con el resumen mensual, verifica que te hayas mantenido dentro de lo presupuestado.
- Si tienes más de una tarjeta, realiza un seguimiento y un análisis que te permita reducir costos: ¿qué uso das a cada una?, ¿qué límite y beneficios te ofrecen?, ¿tienen costo de mantenimiento, resumen o renovación? ¿pueden unificarse los gastos en una sola tarjeta?
- ¡Cuidado con las extensiones! Sólo usa esta opción para dar posibilidades de gasto a personas en quien confíes, y ponles reglas claras; si tienes dudas, puedes usar tarjetas prepagas.
- Si te resulta difícil llevar el control de los gastos o autorregularte, es mejor que evites llevar las tarjetas cuando salgas o que directamente evites tenerlas y te manejes en efectivo.
La tarjeta de crédito puede facilitarte las compras y la financiación. Pero cuidado, necesitas seguir algunas reglas de uso para evitarte problemas.
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