¿Estás pensando en mudarte? Qué tener en cuenta para analizar y comparar los créditos bancarios específicos para la compra, ampliación o puesta en valor de una vivienda.
La compra de una vivienda es para la mayoría de las personas una de las inversiones más importantes en la vida.
Los créditos o préstamos hipotecarios permiten recibir una cantidad de dinero para la compra, refacción o ampliación de una vivienda, que luego se devuelve en cuotas a lo largo de muchos años (en algunos países pueden llegar a ser varias décadas).¿Cómo funcionan? Mediante un contrato, quienes piden el crédito autorizan al banco o institución financiera que les presta el dinero a hipotecar la propiedad, es decir, que aceptan que ésta sea reclamada por el banco si ellos no pagan sus cuotas. Este respaldo o garantía inmobiliaria que tienen los créditos hipotecarios hace que, por lo general, tengan tasas de interés mucho más bajas que los préstamos con otros fines. Después de todo, si no se pagan a tiempo las cuotas, los otorgantes del préstamo reciben la propiedad y pueden revenderla para recuperar su dinero.Esto permite a las familias acceder a la vivienda propia con relativamente bajos ahorros, evitarse el gasto del alquiler e ir construyendo su patrimonio de a poco, ya que los bienes inmobiliarios suelen ser una buena inversión. Es uno de los casos en que endeudarse puede ser una buena medida para las finanzas personales.
Claro que no todo es perfecto. En algunos países la oferta de estos créditos es muy limitada y por lo tanto son bajos los montos que se ofrecen y muchos los requisitos para calificar: ingresos documentados, antigüedad laboral, historia crediticia positiva, inspección de la propiedad, entre otros.
Por otra parte, los créditos hipotecarios tienen costos y riesgos que sumados a la largo de los años pueden ponerte en dificultades, sobre todo en países donde la inestabilidad económica puede modificar el contexto en muy poco tiempo. ¿Cuáles son los elementos a tener en cuenta para evaluar y comparar créditos hipotecarios? Los principales son:
- Monto máximo del préstamo. Cada banco o institución financiera puede ofrecerte montos diferentes, teniendo en cuenta sus criterios de evaluación o de otorgamiento de créditos.
- Tasas de interés. Por el dinero recibido en préstamo es necesario pagar un porcentaje adicional que puede pactarse como tasa fija (se mantiene constante no importa lo que ocurra) o como tasa variable (por ejemplo, sujeta a la inflación o a otra variable del contexto).
- Sistema de amortización. Es un aspecto técnico acerca de la forma de calcular la devolución del dinero que puede afectarte ante un problema ouna renegociación.Pide al otorgante del crédito que te explique en detalle cómo y cuándo se pagan los intereses.
- Plazo de devolución. El tiempo por el que te prestan el dinero impacta en la cantidad de cuotas y su valor.
- Gastos asociados al crédito hipotecario. Algunos créditos pueden implicar diferentes gastos de otorgamiento, de escrituras o de evaluaciones al comienzo. Además, a las tasas de interés se les suman en las cuotas otros gastos como seguros de vida, mantenimiento de cuenta, comisiones y otros.
Asegúrate de explorar y comparar varias opciones antes de seleccionar tu crédito hipotecario. Estarás asumiendo un costo importante por un plazo de varios años, por lo que pequeñas diferencias pueden ser vitales para que la inversión valga la pena.
Si no calificas aún para un crédito hipotecario o no consideras que estés en condiciones de afrontar las cuotas, no te desanimes. Continúa ahorrando para consolidar tus finanzas personales y poder acceder en el futuro a la vivienda propia.
Tomar un préstamo para la compra, ampliación o mejora de tu vivienda puede ser una buena inversión.
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