El capital inicial y de trabajo que demanda un negocio propio puede salir de fondos personales, de inversores o de préstamos. ¿Qué tener en cuenta para evaluar las opciones y tomar la decisión?

Para arrancar un negocio y sostenerlo hasta que comience a dar ganancias es imprescindible contar con un capital o inversión inicial.
Así, el negocio propio es una decisión de alto impacto en las finanzas personales, que requiere de cuidados en su planificación y gestión para que se convierta en una herramienta de desarrollo económico y no ponga en peligro el patrimonio.
Uno de los temas centrales para lograrlo es tener bajo control el nivel de endeudamiento, ya que es probable que no financies el proyecto totalmente con ahorros propios. Es habitual e incluso recomendable que los negocios se apoyen en dinero prestado en forma directa (por bancos o familiares y amigos de los dueños) o indirecta (por ejemplo pagos pendientes a los proveedores o anticipos de clientes). Esto se conoce como apalancamiento financiero, y puede permitir a los negocios crecer, siempre y cuando la rentabilidad que generen con el uso del dinero sea mayor a la tasa de interés que pagan por el préstamo.Algunas preguntas que deberías responder para decidir cuándo y cuánto dinero prestado puedes usar en tu negocio:
- ¿Cuáles son las opciones si no usas el dinero prestado? ¿Tienes fondos propios o puedes conseguir socios capitalistas o inversores? ¿El proyecto califica para préstamos a tasas subsidiadas o aportes no reembolsables?
- ¿Tienes proyecciones de ingresos y egresos? ¿Cuál es la situación proyectada en un escenario optimista? ¿Y en uno pesimista?
- ¿Cuáles son las perspectivas económicas en tu ciudad, región y país? ¿Qué impacto tienen en el crédito (escasez de crédito, tasas variables en aumento, etc.) ¿De qué otra forma pueden afectar a tu negocio? (baja del consumo, alza de impuestos, etc.)
- ¿A qué tipo de créditos calificas en el estado de tu emprendimiento? Según el país o región puedes encontrar distintos requisitos de formalidad, grado de desarrollo o trayectoria probada para aplicar a ciertos préstamos.
- ¿Cuál es el costo financiero total de tus opciones de deuda? Considera no solo la tasa de interés sino todos los costos involucrados.
- ¿Qué plazos tienes disponibles para la devolución del dinero? ¿Cómo encajan con el flujo de fondos de tu negocio?
- ¿Qué garantías te exigen? ¿Qué ocurre si no estás en condiciones de pagar en tiempo y forma?
- ¿Cuál es tu inversión directa en el negocio? ¿Cuánto representa en el total de tu patrimonio? ¿Por qué no puedes invertir más de tu dinero en el negocio?
- ¿Cuál es el costo máximo de deuda que puede soportar el negocio? Considera la rentabilidad del negocio y las posibilidades de repago, así como el nivel de deuda con que te sientes cómodo, sin presiones excesivas.
Dedica tiempo a analizar tus opciones y elegir la fuente de financiamiento adecuada tanto para tu negocio como para tus finanzas personales. Evita el endeudamiento impulsivo y de último momento que suele involucrar tasas altas y ten cuidado con mezclar cuentas personales y del negocio, ya que pueden poner en peligro ambos frentes de tu vida.
Apalancar el negocio en dinero prestado puede aumentar la rentabilidad, pero es necesario un análisis cuidadoso para acotar los riesgos.
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